Mientras que para algunos, entidades
reconocidas a nivel mundial son “terroristas”, para nosotros los leonlandeses,
que somos respetuosos de la vida y estamos contra todo tipo de dictadura
militar o cívico-militar, estas instituciones implican la ética del humanismo
que se contrapone a toda ética autoritaria (si es que dentro del autoritarismo
se puede hablar de una “ética”) y a todo prejuicio irracional que impidan la
libertad de existencia y la mirada crítica en pos de la verdad.
En un Estado moderno, la existencia de la pluralidad
institucional política, establece un antecedente jurídico y se transforma con
el tiempo en social, cuando las leyes se adaptan al sentir de la sociedad. Es por
eso que el Estado, para cumplir con sus fines, debe basarse en la funcionalidad
del pluralismo que defiende la libertad de conciencia, tal que de expresión
contra la intromisión de todo dogmatismo.
La memoria del ayer sirve para consolidar
el hoy, haciendo que este hoy sea diferente, más sano, más agradable y también
sirve para alertarnos sobre aquellos que miran el ayer con deseos de retorno al
momento exacto del oscurantismo, tanto sea desde el terror perpetrado por el
Estado, como por aquellos grupúsculos paramilitares que se arrogan el derecho
sobre la vida y la conciencia de los otros.
Sostener la memoria no es anclarse en lo
que ya fue, pero olvidar el pasado
por su parte, es intentar un Alzheimer colectivo que desea una nueva cultura
que acepte que el pasado retorne una y otra vez con el
objetivo de dominar, aterrar y subsumir, arguyendo que no es lo mismo que antes
fue. Sostener la memoria es la condición necesaria para la expresión de la
convivencia de todas las pluralidades, es un método de aprendizaje que lejos
está de ser solo un contenido social, porque el contenido se puede vaciar en
tanto la sociedad cambia generacionalmente, pero el método de aprendizaje posee
un hilo conductor de generación en generación.
Cuando un Estado se basa en el pluralismo, defiende
la independencia del hombre, de la sociedad y del propio Estado, de toda
influencia que restrinja la libertad de pensamiento, por eso, los leonlandeses,
concebimos que todo enano fascista que postula a instituciones reconocidas
mundialmente y por entidades internacionales de prestigio, como “terroristas”
se nutre del odio, del resentimiento, de la falsedad y establece conceptos
falaces por la ignorancia gigantesca que le compete, pero esto no lo salva de
culpas y cargos, porque es ignorante el que así lo desea, es ignorante el que a sabiendas, coarta su propia libertad y es ignorante el que toma una parte de la verdad, la libertad y la igualdad y las moldea a su antojo porque no sabe que leer, pensar e informarse dignamente es la mejor manera de quitarse de encima todo ignominioso rastro de estupidez.
La libertad es un bien común que permite al
ser humano rechazar de plano las presiones de los grupos o personas que
pretenden destruir con bases y conceptos mendaces lo que en forma colectiva se
ha logrado.
Es necesario enfatizar, que los
leonlandeses somos afortunados porque enarbolamos la bandera de la vida, porque
estamos convencidos de que el bien siempre triunfa y porque sabemos que la
mentira frente a la contundencia de lo Verdadero, lo Comprobado y lo Evidente
no tiene cabida en el espectro social ni en nuestras mentes y corazones; allá los que se nutren de las
antípodas de nuestros valores.
El amor vence al odio.
Por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Teodoro Klostenmayer
Presidente del Estado Libre, Soberano e Independiente de Leonlandia del Sur
Mireya E. Cappella
Vicepresidenta del Estado Libre, Soberano e Independiente de Leonlandia del Sur
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