domingo, 24 de marzo de 2019

Memoria, Verdad, Justicia



Mientras que para algunos, entidades reconocidas a nivel mundial son “terroristas”, para nosotros los leonlandeses, que somos respetuosos de la vida y estamos contra todo tipo de dictadura militar o cívico-militar, estas instituciones implican la ética del humanismo que se contrapone a toda ética autoritaria (si es que dentro del autoritarismo se puede hablar de una “ética”) y a todo prejuicio irracional que impidan la libertad de existencia y la mirada crítica en pos de la verdad.

En un Estado moderno, la existencia de la pluralidad institucional política, establece un antecedente jurídico y se transforma con el tiempo en social, cuando las leyes se adaptan al sentir de la sociedad. Es por eso que el Estado, para cumplir con sus fines, debe basarse en la funcionalidad del pluralismo que defiende la libertad de conciencia, tal que de expresión contra la intromisión de todo dogmatismo.

La memoria del ayer sirve para consolidar el hoy, haciendo que este hoy sea diferente, más sano, más agradable y también sirve para alertarnos sobre aquellos que miran el ayer con deseos de retorno al momento exacto del oscurantismo, tanto sea desde el terror perpetrado por el Estado, como por aquellos grupúsculos paramilitares que se arrogan el derecho sobre la vida  y la conciencia de los otros.


Sostener la memoria no es anclarse en lo que ya fue, pero olvidar el pasado por su parte, es intentar un Alzheimer colectivo que desea una nueva cultura que acepte que el pasado retorne una y otra vez con el objetivo de dominar, aterrar y subsumir, arguyendo que no es lo mismo que antes fue. Sostener la memoria es la condición necesaria para la expresión de la convivencia de todas las pluralidades, es un método de aprendizaje que lejos está de ser solo un contenido social, porque el contenido se puede vaciar en tanto la sociedad cambia generacionalmente, pero el método de aprendizaje posee un hilo conductor de generación en generación.

Cuando un Estado se basa en el pluralismo, defiende la independencia del hombre, de la sociedad y del propio Estado, de toda influencia que restrinja la libertad de pensamiento, por eso, los leonlandeses, concebimos que todo enano fascista que postula a instituciones reconocidas mundialmente y por entidades internacionales de prestigio, como “terroristas” se nutre del odio, del resentimiento, de la falsedad y establece conceptos falaces por la ignorancia gigantesca que le compete, pero esto no lo salva de culpas y cargos, porque es ignorante el que así lo desea, es ignorante el que a sabiendas, coarta su propia libertad y es ignorante el que toma una parte de la verdad, la libertad y la igualdad y las moldea a su antojo porque no sabe que leer, pensar e informarse dignamente es la mejor manera de quitarse de encima todo ignominioso rastro de estupidez.

La libertad es un bien común que permite al ser humano rechazar de plano las presiones de los grupos o personas que pretenden destruir con bases y conceptos mendaces lo que en forma colectiva se ha logrado.


Es necesario enfatizar, que los leonlandeses somos afortunados porque enarbolamos la bandera de la vida, porque estamos convencidos de que el bien siempre triunfa y porque sabemos que la mentira frente a la contundencia de lo Verdadero, lo Comprobado y lo Evidente no tiene cabida en el espectro social ni en nuestras mentes y corazones; allá los que se nutren de las antípodas de nuestros valores.

El amor vence al odio.

Por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

Teodoro Klostenmayer
Presidente del Estado Libre, Soberano e  Independiente de Leonlandia del Sur

Mireya E. Cappella
Vicepresidenta del Estado Libre, Soberano e  Independiente de Leonlandia del Sur


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