sábado, 9 de noviembre de 2019

Discurso de despedida


Un año de acciones concretas, de muchas iniciativas que pudieron realizarse, de alegrías y por suerte, de pocos enojos.

Las alegrías fueron tanto de índole interna, puertas adentro de Leonlandia del Sur, como hacia el exterior, creando nuevos lazos micronacionales con verdaderos micropaíses que son ejemplo de actitudes nobles, fraternas y agradables. Luego, las cuestiones de mugres mentales, a las que ya nos tiene acostumbrado cierto personaje que pulula por las redes haciendo daño con sus prácticas nigromantes a las que él impúdicamente llama “mentales” y hace daño porque es una miasma caminante infesta de envidias hacia nosotros y nuestro estilo de vida; el que nació mal bicho, nunca podrá ser un hombre de bien.

Una antigua fórmula esotérica dice:

Una línea de fuego entre dos puntos ígneos. Una corriente de agua azul que es también una línea que surge de la tierra y termina en el océano. Un árbol que tiene las raíces  arriba y las flores abajo. Fuera del fuego, y siempre en el punto medio, aparece el ojo de Dios. Sobre la corriente y entre los dos extremos, flota el ojo de la visión; un hilo de luz une a ambos…

Por esto, nos enteramos de todo, sabemos todo.

Somos felices, somos dichosos, nacimos para expandir luz, ciencia, justicia, fraternidad, caridad, amor por el trabajo; la dicha que nosotros irradiamos, se evidencia en cada una de nuestras acciones porque están impregnadas de buena voluntad y voluntad al bien.

La macronación tomará pronto otro rumbo político a partir de las elecciones nacionales gracias a la Luz y al enfoque en el bien general y la justicia social; pensar en el otro como un ser humano, pensar al otro como a un hermano, eso fue la demostración en las urnas. Basta de las múltiples formas de discriminación que ejerce impúdicamente este actual gobierno. Que retorne la luz y el amor, donde “la patria es el otro” y donde “el amor vence al odio”, será beneficioso también para nuestra micronación.

Estamos progresando gradualmente en la corriente de vida, estamos pasando de un punto de enfoque a otro, pero manteniendo alerta y viviente el anterior para beneficio de la manada leonlandesa.

Nuestro proceso micronacional, participativo y democrático, posee la cualidad del “arte del aferramiento al alma”, para lo cual, ningún leonlandés hará lo contrario de lo que el alma decida, la cual es fuente de toda luz y experiencia.

Muchos micronacionalistas piensan en función de la vida individual, nosotros nos asimos de la vida colectiva, y trabajamos en función de los ciclos anuales, cortos, pero justos y necesarios, por esto mismo apostamos por la democracia como forma de gobierno micronacional. Y dentro del ciclo anual, tenemos ciclos de interés, donde la idea toma forma en conjunto y emerge con todo su esplendor, así, LRS89 Radio Caracal, FLAP o la Federación Leonladesa de Ajedrez, por ejemplo. Y por cierto: Mis más sinceras felicitaciones a los leonlandeses que este año obtuvieron nuevos títulos y que se empeñan en perfeccionar sus CVs para ser los mejores calificados siempre. Porque la calidad educativa hace a la calidad laboral, la calidad humana hace a la calidad de cada acto y la calidad de cada acto es la referencia del actor.

Todos los leonlandeses tenemos la tarea simultánea de adaptar, cualificar, calificar, modificar y recrear los planes que van emergiendo de nuestras propias mentes inquietas y anhelantes de trabajo. Que en la próxima gestión que ya se inicia, prevalezcan S.·., F.·. y U.·. que cada leonlandés sostenga el baluarte de C.·., J.·. y T.·. y que el aroma de la F.·., B.·. y C.·. impregne nuestras vidas ahora y siempre.

Fraternalmente,
Teodoro Klostenmayer, M.·. M.·.

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