domingo, 11 de noviembre de 2018

Discurso presidencial



Hemos dado oficialmente por iniciados los trabajos anuales el día 08 de noviembre al finalizar las elecciones y comenzar el nuevo período presidencial, requiriendo de cada uno de nuestros corazones, mentes y espíritus, el mayor de los esfuerzos para hacer de este año que acaba de empezar, un período de fuerte creatividad, armonioso trabajo conjunto y fructífera tarea que nos enorgullezca y enorgullezca al entorno que con cada uno de nosotros transcurre la vida: nuestros familiares, todos los leonlandeses, simpatizantes de nuestra micronación y vecinos.

Todos los trabajos realizados hasta ahora fueron la prueba cabal de la voluntad leonlandesa de estudiar, producir, colaborar y hacer.

La importante acción al interior de Leonlandia del Sur implicó embellecer, fortalecer y posicionar nuestra micronación, tanto desde lo territorial como desde lo humano y animal.

Mucho falta aún, el entusiasmo por reactivar ideas que quedaron sin ser plasmadas, rescatar a quienes han quedado en el camino e incentivar al trabajo leonlandés en las diferentes áreas que han ido surgiendo con el transcurso del tiempo.

Somos muy afortunados al tener una micronación con su propio territorio en un lugar privilegiado de la ciudad de Rosario, pero no debemos olvidar que nos corresponde ejercer nuestra vida leonlandesa en un país y en un mundo que están dando un giro hacia la xenofobia, el racismo, la clasación y todo tipo de desprecios hacia las alteridades; las que sean. Y digo que somos afortunados, porque los leonlandeses somos unificadores y no separatistas, pues nuestra meta es atraer y convencer que la humanidad y los animales no humanos no son una división en grupos y subgrupos, sino que son una unidad en la multiplicidad. Los cerebros enanos y sectarios, pretenden hacer de todo lo que crean o tocan, un lugar apartado y exclusivo para un selectivo grupo y nada más: a esos hay que enseñarles qué significa la integración desde la perspectiva de la diversidad, tarea que es realmente compleja, ya que se trata de criaturas altamente concentradas en el daño, la repulsa, el autoritarismo encubierto bajo absurdas normativas y la descalificación del otro porque sí, es decir, sin el más mínimo argumento muñido de razón / ciencia. ¿Qué mejor tarea que construir un mundo? Y qué mejor desafío, cuando la tarea es ardua.

Nos gustan los desafíos. Nuestra pequeña historia leonlandesa ha sido un desafío a la intolerancia, a la sinrazón, a la discriminación y a la mentira. Recuerdo cuando que cuando nos presentamos para ingresar a una institución, se nos intentó de todas las maneras posibles emparentar con una micronación que estaba en las antípodas de nuestros ideales y obviamente, los gestores de esta mentira tuvieron que dar unos cuantos pasos atrás. De igual manera vinieron descalificativos por secretas y ocultas intenciones políticas de la diestra telúrica, que en su afán de sectarismo tuvo ganas de asirse de nuestra constitución para desacreditarnos y este descrédito demuestra una impericia legal inigualable de la legislación territorial argentina vigente desde la reforma promulgada en 1884 y ss.

Nuestra tarea como leonlandeses, es promover y favorecer el desarrollo cultural, psicológico y ético de sus ciudadanos para que sean capaces de llegar al logro de su plenitud en una macro-sociedad en constante mutación, con un marco pletórico de fanatismos instrumentados por oscuros y estructurados intereses, donde las perspectivas de integración y suma, agonizan y el odio y la intolerancia marcan el rumbo de espacios virtuales, reales y físicos.

Es evidente la ardua tarea que debemos acometer los leonlandeses sin intentar ser “la conciencia de la sociedad”, pero marcando el rumbo para atraer hacia los ideales de paz, concordia y fraternidad, buscando el punto de anclaje de la convicción hacia el bien común y refutando con sabiduría y conocimiento, las palabras de ignorancia que intentan erigirse como verdades y bondades, cuando sabemos muy bien que de la ignorancia y la tosquedad vestida de finos bordados, no vamos a obtener más que tinieblas que conducen a la barbarie y la iniquidad.

Por todo esto, queridos compatriotas leonlandeses, los incito a actuar, a hacer y a construir una permanente bóveda de acero que sea nuestra protección y demostración de unión, fuerza y luz. Que así sea y cumplamos nuestra parte.

Teodoro Klostenmayer
Presidente del Estado Libre, Soberano e Independiente de Leonlandia del Sur

Mireya Cappella de Klostenmayer
Vicepresidenta del Estado Libre, Soberano e Independiente de Leonlandia del Sur


No hay comentarios:

Publicar un comentario